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¿Qué Significa LXG Arquitectura?

  • Foto del escritor: Juan Carrillo
    Juan Carrillo
  • 22 ago 2024
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 14 ago

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Una de las preguntas que frecuentemente nos hacen las personas cuando nos conocen es ¿Qué significa LXG Arquitectura? Y les soy honesto… ¡Me encanta cuando me lo preguntan! Mi respuesta NUNCA es directa. Siempre la entrego en forma de una anécdota, revelando hasta el final el significado de ese acrónimo de tres letras. Siempre lo he hecho así, pues creo que la historia es mucho más interesante, y de lo contrario el significado pierde fuerza e importancia.

 

Creo que este espacio, y esta entrada, son perfectas para revisitar todas las ideas y las personas que inspiraron el origen de nuestro nombre, y nuestra misión.

 

Contradiciendo un poco lo que acabo de escribir arribita, LXG, a secas, significa Liebre x Gato. Y probablemente en primera instancia no parezca un nombre apropiado para un estudio de diseño, arquitectura y construcción, pero para mí, no podría ser ningún otro.

 

Para contarles por qué, tengo que regresarme en el tiempo al año 2005, cuando por sugerencia de un importantísimo catedrático en mi formación académica, Miguel Álvarez,  descubrí a Alejandro de la Sota. Arquitecto español de mediados del siglo XX, quién en su libro “Escritos, conversaciones, conferencias”, dedica unos párrafos para hablar de nuestra responsabilidad y obligación, como arquitectos, hacia nuestros clientes. Y él, a su vez, cita al escritor catalán Eugenio d’Ors, para ampliar el tema.

 

El señor d'Ors, decía que en esencia, como arquitectos, siempre debemos buscar superar las expectativas de nuestros clientes, y dar más de lo que ellos esperan. Esta idea, si la piensan, es sumamente profunda. ¿Cómo podemos lograr esto siempre? Sin lugar a duda, las expectativas de nuestros clientes no son constantemente las mismas. Cambian según el tipo de proyecto, el tipo de servicio, y muchas otras variables más.

 

Pero regresando al tema… Eugenio luego hacía alusión al viejo refrán popular que todos los latinos usamos cuando sentimos que recibimos menos de lo que merecemos. Decimos: me dieron “Gato por liebre” ¿o no? Pues él lo usa como ejemplo para ilustrar cómo siempre debíamos hacer lo contrario, y dar “liebre por gato”, a las personas que nos confían con su tiempo, su dinero, y en algunos casos, con los ahorros de toda su vida.

 

Adelantándome en el tiempo al año 2012, cuando decidí emprender e iniciar con mi propio estudio de arquitectura, me encontré buscando un nombre que para mi tuviera un significado más profundo que mi apellido acompañado de la palabra “arquitectos”. Un nombre que fuera más, que solo acuñar un par de conceptos arquitectónicos con el objetivo mercadológico de que el nombre rápidamente sea asociado a lo que hacemos. Y fue allí cuando 8 años después, me regresó a la a la mente esa frasesita… ¡Liebre por gato! Qué mejor manera de comprometernos con nuestros clientes, cómo equipo, que portar a la vista, como insignia, nuestra más importante y única misión como estudio. ¡Superar las expectativas de nuestros clientes!

 

Ahora bien… no podía ignorar el hecho de que el nombre, naturalmente, no es fácil de asociar con un estudio de arquitectura, y que en el 2012, y a mis 28 años, tenía muchas dudas sobre cómo sería recibido por los clientes a los que quería llegar. De allí, el acrónimo.

 

12 años después, creo que no me equivoqué al abreviarlo de esta manera, pues siempre me da la oportunidad, con las personas curiosas, de iniciar una conversación que me permite ampliar en nuestros valores, mi forma de pensar y la de mi equipo. Y si bien, lograr este objetivo con todos los clientes resulta imposible, nuestra misión es y será la misma. Siempre.

 
 
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